Los eventos en los que la naturaleza es la protagonista son maravillosos, pues permiten el florecimiento de la condición humana en todas sus manifestaciones. Esto ocurrió ayer, 10 de mayo de 2025, durante el Global Big Day, donde se produjeron reencuentros entre personas que, en lo más profundo de su ser, comparten sueños auténticos de amor y respeto por la naturaleza, a pesar de haber estado distanciadas por años o incluso décadas.
También fue un espacio propicio para la consolidación de sueños y aspiraciones loables relacionadas con el conocimiento, el amor y la conservación de la vida silvestre, valores que muchas personas y organizaciones defienden con convicción.
Ayer, nadie pudo haber estado triste en el contexto del conteo de aves, evento que se celebra a nivel mundial desde hace 10 años, cuando la Universidad de Cornell lo lanzó globalmente en 2015. Así lo demuestran las cientos de fotografías, videos e imágenes que circulan en las redes sociales, donde solo se ven rostros asombrados, concentrados y sonrientes, con ojos brillantes de felicidad.
Uno de los aspectos más valiosos que evidencia este evento es la comunión y el profundo respeto entre las distintas formas de generar conocimiento. La combinación entre la sofisticación tecnológica de las plataformas digitales, la identificación de especies con nombres científicos casi impronunciables, y la emoción junto al conocimiento popular y tradicional, inauguran una manera no hegemónica de comprender el mundo natural.
Sin embargo, también hubo espacio para las personas y organizaciones oportunistas que, como las oropéndolas (Psarocolius viridis y Psarocolius decumanus), imitan los sonidos de otras aves y de diversas especies, incluso replicando ruidos del entorno.
Estos oportunistas aparecen con dos intereses específicos: el primero, aprovechar el evento como plataforma para difundir propaganda comercial y política; el segundo, realizar un lavado verde, lo que en inglés se denomina greenwashing, una estrategia engañosa en la que empresas, organizaciones e incluso entidades gubernamentales intentan aparentar ser más respetuosas con el medio ambiente de lo que realmente son.
No obstante, como en un socio ecosistema, todas estas manifestaciones evidencian que existen muchas personas y organizaciones que, con su trabajo, contribuyen genuinamente a la conservación de la vida silvestre. A la vez, hay otras que generan múltiples perturbaciones. Ante ello, la naturaleza y la sociedad avanzan en su capacidad de adaptación y respuesta para preservar las funciones, condiciones y estructura esenciales de la vida en el territorio, fortaleciendo su resiliencia.
Que el próximo evento que llega en octubre (October Big Day) y los que vienen sigan permitiendo que la vida en su diversidad se siga encontrando, para que en conjunto continue dando forma a este mundo maravilloso y hermoso que lo único que tenemos que hacer es cuidar y conservar.

