Las personas emprendedoras son las que más historias tienen para contar porque les ha tocado vivir casi de todo. La Ruta del Chocolate es una de esas historias meritorias que valen la pena contar y conocer porque es la vida de un par de personas maravillosas: Mary Luz Casamachin Pichicue & Alexander Caicedo Bermúdez.
Mary es una mujer de origen indígena del pueblo nasa, que está en la búsqueda por encontrar el camino que le permita revivir con profundidad su esquiva cultura indígena. Detrás de su belleza y ternura vive una mujer luchadora y aguerrida, tal como lo es su pueblo. Sin embargo, dice que ese espíritu le ha traído dificultades en la relación misma con su comunidad, razón por la cual participó en los procesos de su cabildo solo hasta los 13 años de edad. Su familia está compuesta por cuatro hermanas y un hermano. Su hermano mayor murió hace cerca de 9 años en un accidente de tránsito en el bus en donde viajaba para Cali en Paletará, Cauca.
Su actitud emprendedora le permitió encontrar en la gastronomía una línea prometedora de negocio. Inició vendiendo comida de mar a domicilio y con la venta de huevos de codorniz en el Parque Lineal de Orito, después hizo parte de equipos de cocina de restaurantes destacados en Orito, en donde aprendió los secretos culinarios de la comida tradicional; no obstante, su pasión no reside en la cocina sino en la atención al cliente, en donde se mueve como pez en el agua.
“Siempre quise ser independiente y por influencia familiar no me visualicé estudiando en una universidad, aunque me la pude haber pagado con los ingresos que generaba con mi trabajo.”
Mary es el combustible, el oxígeno con el que se mueve Alexander para darle el impulso y la dinámica a las tres líneas de negocio de la Ruta del Chocolate: la transformación del cacao, el agroturismo y la gastronomía.
Turismo Biocultural Orito – TBO: Mary ¿cómo y qué circunstancias conociste a Alexander?
Mary: Conocí a Alexander cuando trabajaba en una planta de agua. Éramos fieles oyentes de la emisora comunitaria en donde Alexander ejercía la locución que es su verdadera pasión. Desde el teléfono fijo que teníamos en la planta lo llamábamos para pedirle canciones. Una vez con el pretexto de adelantar una campaña de fidelización de la emisora nos visitó en la planta purificadora de agua. Después los visité e invité a Alex y su compañero de cabina a un jugo y eso lo impresionó, pues no estaba acostumbrado a esas atenciones por parte de una dama.
TBO: ¿Cómo ha contribuido Alexander en el crecimiento de tu liderazgo?
Mary: He logrado desarrollar mi faceta de lideresa social y empresarial en el campo del turismo y la agroindustria del cacao porque encontré todo el apoyo en Alexander para poder hacerlo, gracias a que asumió el cuidado de nuestros dos hijos para que yo pudiera asistir a las reuniones, capacitaciones, ferias y ruedas de negocio en donde ya tuve la fortuna de ir a Paris en Francia.

TBO: ¿Cómo te han recibido los demás emprendedores?
Mary: Me satisface y por ello agradezco el reconocimiento que me han dado mis pares y colegas para abordar el proceso de liderazgo. Estoy convencida que para ser una buena lideresa bastan dos condiciones: una creencia profunda en sí misma y desarrollar un capacidad para escuchar y tener en cuenta los puntos de vista de las demás personas.
TBO: ¿Si tuvieran que compararse con animales para hablar de su trabajo con cual sería?
Mary: Alexander y yo somos como hormigas obreras que llevan cargas pesadas, muchas veces más de lo que podemos aguantar y porque creo que con el paso del tiempo las cosas han ido fluyendo y nos ha ido mostrando el camino, así como la hormiga reina guía a las demás con sus feromonas.
TBO: ¿Qué es lo que te motiva?
Mary: Yo me muevo por afectos. Tengo el deseo sincero de que a todas las personas les vaya mejor de los que les ha ido, por eso ayudamos a conectarlas con empresas, organizaciones y otras personas que les puede ayudar. Para avanzar en esta faceta me estoy preparando porque quiero ser una coach empresarial.
TBO: Ahora háblanos de Alexander.
Mary: Alexander es mi esposo y mi socio. Nuestra relación se mueve en un colegaje en donde cada cual hace lo que mejor sabe hacer. También hay sacrificios y desavenencias, no todo es “color de rosa”.
Alexander es el menor de 7 hermanos. Se formó como técnico auxiliar contable, pero su verdadera pasión es la comunicación en especial la locución. Siento que ese oficio lo hace feliz por la desconexión con la vida cotidiana y la interacción con las personas. Temo que si tuviera un chance bueno en eso lo perderíamos de esta empresa (Mary suelta una carcajada).
Fue Alexander el que inició con la Ruta del Chocolate enfrentando los primeros embates y acumulando los primeros conocimientos de este tipo de emprendimiento.
TBO: ¿Cuáles han sido los valores con los que ustedes han manejado esta empresa que hoy empieza a florecer?
Mary: Sin lugar a dudas el primero es la perseverancia; esa ha sido nuestra actitud para afrontar todos los retos que nos han dejado los errores y las frustraciones que hemos tenido.
TBO: A propósito de lo anterior ¿Cuáles han sido los errores más grandes que han cometido?
Mary: Por nuestra inexperiencia haber hecho caso a todo lo que nos decían las personas, todas con buena intención. Lo segundo no haber buscado y recibido capacitación en áreas como la del turismo.
Hoy vemos que habernos metido con el tema de alojamiento en cabañas sin conocer el marco normativo, las orientaciones técnicas y el desconocimiento del funcionamiento del turismo por temporadas fue uno de los errores.
Otro de los errores fue invertir recursos y tiempo en otras líneas productivas porque simplemente alguien o una organización nos lo dijo en algún momento como la siembra de cedro rosado, sacha inche y la pimienta.
TBO: ¿Se han sentido usados o que los hayan subestimados?
Mary: Si. Hemos sido abiertos a compartir lo que sabemos, nuestros contactos, nuestros trucos y hubo alguna vez alguien que intentó patentar un proceso que iniciamos nosotros y que le habíamos compartido el conocimiento. Seguramente esta persona por el afán de obtener apoyo económico ignoraba que al ser una práctica tradicional no se puede patentar.
La otra forma en que nos hemos sentido subestimados fue al inicio, pues mucha gente no nos creyó cuando arrancamos el proceso de turismo ¡ Qué va a venir la gente a ver este monte ¡ nos decían.
Hoy, después de diez años de arduo trabajo, Mary y Alexander han logrado consolidar una próspera empresa agroturística reconocida a nivel regional. Sin embargo, como señala Mary, el precio que han tenido que pagar ha sido elevado, afectando el equilibrio y la dinámica familiar. En la actualidad, esta situación exige un proceso de innovación social que les permita alcanzar un balance entre el éxito empresarial y la felicidad familiar.
A lo largo de este camino, han enfrentado círculos viciosos, como la dependencia de su propia experiencia y habilidades para el correcto funcionamiento de la empresa. La especialización que han adquirido tras años de aprendizaje, ensayo y error dificulta encontrar colaboradores con la capacidad suficiente para apoyarlos eficazmente en sus labores. Esto los obliga a una gran dedicación en la gestión del negocio, perpetuando los desafíos que afectan su vida familiar.
En este contexto, la institucionalidad y las organizaciones que respaldan estos procesos productivos deben proporcionar opciones efectivas para la adecuada formación del talento humano local, asegurando que este pueda contribuir de manera eficiente a la operación de dichas empresas.
Además, es fundamental brindar apoyo integral y asistencia técnica para diseñar e implementar un sistema de administración, operación y mantenimiento adaptado a las condiciones específicas del territorio. Solo así se garantizará que estas empresas puedan operar de manera verdaderamente sostenible en todos los ámbitos.
*Turismo Biocultural Orito
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